Una emotiva carta

02-04-2016

Hemos recibido el 26 de febrero 2016 una emotiva carta que queremos compartir. Muchas gracias a la persona que nos la ha enviado, nos anima a seguir:

Gracias. Quería decíroslo. Promovéis todo lo que, desde mi punto de vista tiene que ser una biblioteca pública. Tengo motivos y conocimiento  para hacer esta afirmación. Os voy a hablar un poco de mí. Pertenezco al tercer sector. Soy discapacitada psíquica. Tuve la oportunidad de trabajar en bibliotecas y ahí descubrí mi vocación. En la adolescencia, tras problemas familiares y una comunidad educativa prácticamente ausente, se me torció el camino que condicionaría mi vida. Alcoholismo, drogas… Y caí enferma. Es ahí donde la comunidad bibliotecaria tiene que actuar. Si ante esa situación, en vez de irme a los bares hubiese pasado las tardes en la biblioteca, mi vida ahora sería bien distinta. Pero… ya sabemos como son los adolescentes y que es lo «guay» y «no guay» en esa edad compleja en la que estas entrando a un mundo adulto cuando todavía eres un niño. Te quieres sentir integrado dentro del grupo.  Si al público infantil y juvenil se le educa desde el primer momento la vital importancia de la biblioteca pública esos adolescentes con problemas pasaran la tarde leyendo, en vez de emborracharse. Por ello tiene que haber una acercamiento de la biblioteca al usuario y muy especialmente a los colectivos marginales.

Amo las bibliotecas. Aunque nunca he trabajado en biblioteca pública. He trabajado en nacionales. Saben que son bien distintas. Aunque dentro de las nacionales también existen colectivos excluidos a los que se puede ayudar.

Me gustaría que hiciesen una tarea sensibilizadora a los profesionales bibliotecarios. Ya que aunque cada tipo de biblioteca tiene unas funciones distintas creo que tienen en común la creación de comunidad. Por eso, debe eliminarse todo criterio elitista por parte de el personal de la biblioteca ya que trabajamos para nuestros usuarios. Aunque custodia el saber, nuestro trabajo es compartirlo e invitar a él. No excluir al que no lo tiene ya que eso iría en contra de la propia filosofía de la biblioteca.

No hagamos castillos de erudición. Creemos comunidades diversas y para eso se necesitan proyectos con equidad hacia los colectivos más vulnerables.

Es por todo ello, todo lo que las bibliotecas me han dado, todo lo que los libros me han dado y todo lo que leo que estáis haciendo que os doy las gracias.

No bajéis el ánimo por críticas desde la misma profesión. Las bibliotecas no pueden ser almacenajes de libros. Más que su contenido lo importante es la misión pedagógica que tengan. Sigan promoviendo talleres, ayudando a los vulnerables, concienciando a la sociedad. Por que están en el buen camino.